Ficha técnica: El infinito en un junco. La invención
de los libros en el mundo antiguo. Irene Vallejo. Siruela, 452 páginas.
Artículo publicado en https://drive.google.com/file/d/161opiNl6yXxtsLRYOUJ8GGxEowWlRtmW/view
Casi cinco años después de que se publicara por primera vez El infinito en un junco, Irene Vallejo sigue firmando ejemplares en la Feria del Libro de Madrid, esta vez sobre una nueva edición ampliada y revisada. ¿Cómo un ensayo dedicado a la invención de los libros ha conseguido convertirse en un long seller, traduciéndose a decenas de idiomas y vendiendo más de 400.000 ejemplares en casi 50 ediciones? A nadie se le escapa que el género del ensayo conecta a la perfección con el espíritu de la época, del mismo modo que el teatro supo conectar con el genius seculi del siglo de oro español, la poesía con la primera mitad del siglo XX o la novela con la segunda. La propia autora es consciente de que escribe en una época de extrañezas, en donde los lectores somos más conscientes de nuestra incurable fragilidad.
Más allá de la coyuntura del presente, Irene Vallejo es capaz de conectar también con las raíces renacentistas del género del ensayo, pues al igual que ya hiciera Montaigne, creador del género, ella misma se convierte en el objeto de su libro, en un personaje central de la historia. La invención del libro en el mundo antiguo es también la historia de los recuerdos de su autora, del acoso escolar que padeció, de su sincera pasión por la literatura. Y ahí está uno de los grandes méritos de una obra que refleja la erudición de una tesis doctoral pero que, a la vez, es una auténtica aventura, la del descubrimiento de libro en todas sus dimensiones históricas, sociales, económicas y materiales: los libros de humo, de piedra, de tierra, de hojas, de juncos, de piel, de harapos, de árboles y así hasta llegar al Macbook y a los e-books, denominados “libros de luz”.
Nuestra civilización experimenta un intenso sentimiento crepuscular, y lo hace desde que Marx anunciara en su Manifiesto comunista cómo todo lo sólido se desvanece en el aire. Frente a la barbarie y a su vocación de aniquilación y de olvido, los libros son símbolo de fortaleza, el refugio ante la desinformación, los bulos, las infamias o ante la impostura que reina en las redes sociales. No obstante, Vallejo advierte de la necesidad de huir de toda imagen edulcorada o reverencia ingenua de la cultura que ignore la célebre sentencia de Walter Benjamin: <<no hay documento de cultura que no lo sea al mismo tiempo de barbarie>>. La cultura no salvó a Europa de sus años más oscuros y leer libros no nos hace necesariamente mejores personas, pero sí más libres. Y este es un potente mensaje para esa parte de la juventud que se está viendo seducida por la ultraderecha que pastorea las redes sociales coqueteando con la barbarie de las hogueras de libros. La modernidad líquida en la que habitamos tiene un claro sesgo futurista y tiende a pensar que lo nuevo tiene más futuro que lo viejo. En realidad, insiste Vallejo, no es así y es más probable que en el siglo XXII haya monjas y libros que WhatsApp y tabletas. De ahí que el libro, entendido como símbolo de la esperanza de la civilización, sea el futuro que nos conduce al pasado.
Raúl Fernández Martínez
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