Microrrelato emitido en El club del Sol de Canal Extremadura Radio
En aquella cálida noche de verano
Basistul se decidió a dar su paseo nocturno, rutina cotidiana que cumplía por
prescripción médica. Taciturno, como de costumbre, había asimilado la sentencia
de aquel psiquiatra que había visitado tres meses antes: incapacidad para
sentir placer, anhedonia. Consciente
de la brisa veraniega, no la sentía suave.
De repente, pensó que tenía que romper con la esclavitud de sus hábitos
nocturnos y se decidió a entrar en un local al aire libre en donde se anunciaba
música en directo.
Al observar aquello quedó
obnubilado, pues por primera vez en mucho tiempo sintió que alguien la tocaba. Al pulsar la primera cuerda,
sintió la suavidad del aire, mientras que un refrescante trago le hizo saborear
la amargura de aquella ginebra. Cuando aquellos dedos se posaron sobre sus tres
cuerdas, una vibrante fragancia brotó de sus caderas. Aquel sonido penetrante,
de noche negra, hizo brillar la luz de sus ojos. Fue entonces cuando la miró,
observando su rotunda belleza. Basistul sintió que volvía a sentir, pues de entre
los escombros de sus recuerdos, surgió este pensamiento: “Sin tenerte, te tengo
a vos. De todas las cosas, yo sólo preciso dos. Mi guitarra y vos”.
Raúl Fmez
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