Reglas para hacer volar su paraguas

Artículo emitido en la sección de Filosofía de la vida cotidiana de El club del Sol. 





Primera regla: los paraguas no sirven para protegerse de la lluvia.


Segunda regla: los paraguas no se guardan en paragüeros. Sáquelos del recibidor de su casa. No sabe usted lo cansados que están los paraguas de tener que permanecer siempre allí.
Tercera regla: No los use únicamente para cantar bajo la lluvia con un chubasquero amarillo. Tampoco piense en hacerlos volar sobre el cielo de Londres. Eso ya lo hizo Mary Poppins. Piense que, quizás, sean más felices bailando bossanova sobre el Bósboro, mientras los jenízaros invaden Constantinopla.
Cuarta regla: los paraguas no son negros ni redondos. Los hay de millones de colores y formas.
Quinta regla: no hay reglas. No piense ni qué es ni para qué vale un paraguas. Limítese a gozar desinteresadamente de él.
 La belleza es, siempre, el objeto de un placer desinteresado. Por ello, redescubre el gusto que produce el libre juego de sus facultades.
Y recuerde, hacer volar su imaginación es una oportunidad única para volver a sentirse libre.



Raúl Fmez

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