Reseña publicada en la edición de diciembre de 2018 de La Gaceta Independiente.
La última novela de Javier Marías es una novela sobre la espera. Las vidas de sus dos protagonistas son definidas como las vidas de los que están y esperan. Berta Isla es una madrileña que, como Penélope, termina acostumbrándose a la espera hasta tal punto que no consiente su término. Pero, ¿tiene sentido esperar lo inesperado? ¿Qué situación existencial define a las personas que solamente están y esperan?
Tomás Nevinson es un joven con un talento extraordinario que trabaja para el MI6, los servicios secretos ingleses. Como Wakefield, el personaje del cuento de Hawthorne que estuvo desaparecido veinte años en un ático próximo a su domicilio familiar, Tom es un desterrado del universo, aunque no por decisión propia. Su historia es testigo del riesgo que entraña estar vivo, y de cómo nuestra vida, al igual que la de los seres que amamos, no nos pertenece del todo. Berta Isla ignora por qué su marido dice lo que dice y omite lo que omite. De la misma manera, los lectores no acabamos de comprender por qué el narrador nos cuenta lo que nos cuenta y calla lo que calla, máxime cuando se nos advierte de que nada sabemos, nada de lo que no se nos cuenta, pero tampoco de lo que sí. Tomar conciencia de ello nos saca por unos instantes de nuestras certezas cotidianas, en las que cada uno de nosotros vive tranquilo para dedicarse a su propia intranquilidad.
A lo largo de más de quinientas páginas,
Javier Marías combina la figura de un narrador en tercera persona con la voz de
Berta Isla. Apenas unos cuantos hechos bastan para crear una tensión narrativa
abismal que nos sitúa en un estado de incertidumbre aplazada, de sospecha
permanente. Javier Marías consigue hacerlo a la manera del género de las
novelas de espionaje, aunque Berta Isla no
sea una novela de espías.
Como ya ocurrió en los Enamoramientos, el desenlace de esta novela es sólo una excusa para enfrentarnos a los desvelos de la
condición humana, al espejo de una sociedad que, como las masas que visitan los
museos de cera, ha acabado convirtiendo la juventud en la única aspiración
existencial posible. Mientras tanto, las víctimas de todo signo y condición ven
evaporarse la posibilidad de justicia y de reparación en el mundo. Todas estas
reflexiones están construidas en un continuo diálogo con obras como El coronel Chabert, de Balzac, pero
también con Shakespeare, Dickens, Eliot, o con La mujer de Martin Guerre de Janet Lewis, una novela que ha sido
publicada en castellano por el propio Javier Marías en su editorial Reino de
Redonda.
Berta
Isla viene a completar el denominado “Ciclo de Oxford” y sigue ahondando en
temas ya tratados por el escritor madrileño en novelas anteriores: el tema de
la muerte inoportuna de Mañana en la
batalla piensa en mí o el “lecho afligido” de Así empieza lo malo. En definitiva, una novela necesaria para
comprender y disfrutar de un universo literario único.
Raúl Fmez
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